
Nuestras abuelas no asistían a ningún tipo de preparación para el parto ni mucho menos para aprender a ser madres, desde niñas veían cómo las demás mujeres cuidaban a sus bebés, les daban el pecho y se daba a luz en casa, con ayuda de una partera o de otras mujeres que ya habían tenido hijos. El parto y la crianza se vivía en torno a la familia, con todo el pueblo o vecindario implicado.
En la actualidad esto se ha perdido, muchas de nosotras apenas hemos visto a una mujer dar el pecho, tenemos suerte si tenemos algún bebé cercano para saber algo de los cuidados básicos y ni mucho menos hemos visto nunca un parto.
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