
Parto Natural, Parto Respetado, Parto Humanizado.
Cuando una mujer quiere parir de manera natural está confiando en su cuerpo, está demostrando(se) que ella tiene todo lo necesario para parir a su bebé.
No está diciendo que quiera parir con dolor, sino que es consciente de que cualquier intervención médica pone en riesgo su salud y la de su bebé. Por eso se informa, por eso busca un profesional que le pueda ofrecer métodos naturales para aliviar el dolor, porque quiere el parto más seguro para su bebé, y ese es el parto natural.
Una mujer que quiere un parto natural necesita tiempo para prepararse precisamente porque tiene que informarse y conocer las intervenciones médicas más usuales en los hospitales, tiene que justificar y justificarse por qué va a optar por una vía natural o alternativa, y tiene además que comprender todos los aspectos físicos y emocionales que engloba un parto natural, para poder enfrentarlo con fortaleza, ahora que ya no vemos a mujeres cercanas parir para poder aprender de su experiencia.
Quién promueve el parto natural
En los hospitales no se promueve el parto natural porque no hay matronas suficientes para atenderlos, porque no hay tiempo, porque se ejerce una medicina defensiva en la que cuanto antes esté el bebé fuera y “a salvo”, antes se acaba el riesgo de que “algo pase”. Por eso las mujeres nos preparamos para tener un parto natural, no porque nuestro cuerpo no sepa parir (claro que sabe, igual que pudo gestar a un bebé sin ayuda de nadie), sino porque tenemos que defender nuestro parto.
- De la oxitocina sintética que nos produce un dolor insoportable.
- De estar tumbadas sin poder movernos.
- De una epidural que nos deje sin sensibilidad.
- De la episiotomía que nos produce dolor e incontinencia, con suerte durante unos días, a veces durante años.
- De un kristeller que empuje a nuestro bebé y dañe nuestro útero.
- De la falta de sostén y de apoyo, reduciendo el parto a sólo un acto físico del cuerpo.
De todo eso tenemos que protegernos las mujeres cuando vamos a parir. Porque eso, todos esos supuestos de ahí arriba, son para la mayoría de hospitales el resultado de un parto normal, con un bebé y una mujer sana. Pero no, todo eso hace mucho daño, no sólo daño físico, daño emocional, espiritual.
Por eso un parto natural es mejor, porque no sólo importa que el bebé y su madre estén sanos (físicamente) sino que dar a luz engloba mucho más, hay mucho más en juego para que esa madre y ese bebé puedan comenzar una relación saludable. Y sí, esas contracciones, esos gritos y gemidos, esos movimientos y pujos, esa sensación de no poder más pero salir fortalecida y orgullosa minutos después cuando tienes a tu bebé sobre ti, todo eso es necesario.
Gestar, parir, amamantar y criar. Podemos hacerlo. Lucha por tu parto natural.
Deja una respuesta