
¿Sabes esa sensación de caos cuando ves la casa desordenada, la comida sin hacer, a tu niño demandándote y ves que necesitas organizarte pero no sabes cómo?
Bien, estoy en lucha contra eso. Estoy organizando mi vida.
Soy una mujer nueva desde que me convertí en madre, no me importa cómo lo llamen, pueden decirme que soy la misma pero vestida con otro traje, pueden tratar de convencerme que por ser madre no tengo que abandonar otras esferas de mi vida, pero la realidad es que soy otra, mis prioridades están totalmente invertidas y necesito reorganizarme, marcarme objetivos, sincerarme y hacerlo ya. ¿Te resuena?
Hábitos nuevos en Abril: clave de organización
Comencemos abril con las cosas claras: ¿cuáles son tus prioridades? Si tuvieras que escribir 4 o 5 planos importantes de tu vida, ¿cuáles serían? Los míos ahora mismo son, por este orden:
- Mis hijos. Sí, sé que se dice mucho (y yo la primera) que lo primero tienes que ser tú misma, que si tú no estás bien no podrás cuidar de nadie. Pero sinceramente, antepongo a mis hijos a todo lo demás, su felicidad, seguridad y cuidado es lo primero. Así que sería engañarme si no los pongo los primeros en mi lista.
- Yo misma: aquí sí estoy. Tengo que quererme y cuidarme. Lo tengo clarísimo, y me siento mucho mejor en todos los aspectos si lo hago. Esto incluye alimentarme de manera sana, cuidar mi cuerpo para sentirme bien en él, y cuidar también mis sentimientos, emociones, pensamientos, dándome un tiempo y espacio para reflexionar y hacer realidad mis sueños e ideas.
- Mi pareja: él es importantísimo en mi vida, un pilar básico sin el que me caería. Quiero, necesito, concederle tiempo y atención, seguir enamorada y enamorando, recordar que también soy mujer, además de madre.
- Hogar: cada vez veo más claro que mi familia y yo necesitamos una casa ordenada, limpia, acogedora. Levantarme por la mañana y ver una cocina limpia, un salón recogido, una casa bonita me sube el ánimo. Así que sí, este es un área importante en mi vida.
- Trabajo: sí, he dejado de trabajar para quedarme con mis niños. Pero no he abandonado mi pasión por el mundo de la maternidad. Claro que se ha transformado, ya no paso noches mágicas acompañando mujeres de parto, pero sigue siendo un área sin el que no sabría vivir. Me siento realizada, me sube el autoestima poder ayudar y sí, aportar algo económicamente a la familia me aporta tranquilidad. Quizá tú no llames a esta área trabajo, pero ¿cuál es tu pasión? ¿Hay algo que te encanta? ¿Crees que puedes aportar algo a los demás con ello? ¿Podría convertirse en un trabajo aunque sólo sea en tu imaginación? Entonces, dedícale una prioridad en tu vida: puede ser escribir, tejer, crear algo con tus manos, incluso cuidar niños (muchas mujeres nos damos cuenta de que tenemos un don especial para comprender y guiar a los niños cuando nos convertimos en madres, y que mejor que hacer de la maternidad una “profesión”, al fin y al cabo es un trabajo cuyo fin es que tu niño se transforme en un adulto capaz, responsable y feliz).
- Amigas: necesito a mis chicas para desahogar, reírme de bobadas y tomarme un café acompañada. Las necesito y ellas a mi, y creo que esa red de apoyo que son las amigas (aunque sea desde la distancia, aunque a veces sólo podamos conversar a través del ordenador) nos inyectan la energía que necesitamos para darle vida a nuestras áreas de prioridad.
¿Haces tu lista de prioridades? Y ahora, establece unos hábitos para no abandonar tus prioridades. ¿Puedes escribir al lado de cada una una acción que te permite ocuparte de ella? Por ejemplo, con mis hijos necesito conectar con ellos, con sus sentimientos, para no dejarme llevar por las emociones negativas y seguir siendo una madre comprensiva, así que cada día por la mañana les dedico unos minutos: les miro, les mimo, me concentro sólo en ellos, en lo chiquititos que son, en lo mucho que les quiero y ellos me quieren a mi, y me reafirmo en no gritarles, en no amenazarles, en que son las personas que más merecen mi respeto y amor.
Hazlo con cada una de tus áreas de prioridad. Sólo una cosa, que te lleve apenas unos minutos. Tendrás 6 hábitos (o menos según tus prioridades) para dividir a lo largo del día y estar enfocada en lo que de verdad te importa. Puedes por ejemplo dividirlos y cumplir 2 por la mañana, 2 después de almorzar y 2 antes de acostarte. Quizá habrá algunos que te des cuenta que no necesitas hacerlo cada día, ¡fenomenal! ¿Cuándo estaría bien? ¿Una vez a la semana? Ya vas organizando tu vida.
¿Qué te parece? ¿Incorporarás nuevos hábitos a tu vida? Cuéntame cuáles, inspírame!
Deja una respuesta