
La lactancia materna es un regalo de salud para tu hijo, amamantar es un acto fisiológico sin embargo durante el embarazo a veces nos preguntamos: ¿puedo hacer algo para lograr una lactancia materna feliz?; ¿cómo me preparo?
Conocer-te: tu cuerpo y la lactancia
El poder de la información. Lee sobre cómo el cuerpo de la mujer produce leche por sí mismo, cómo el bebé puede “ordeñar” esa leche sin ningún tipo de ayuda, cómo desde el primer momento la composición de la leche (y del calostro) es perfecta y se va adaptando a medida que tu bebé crece. Además de leer e informarte, observa tu cuerpo: tus pechos, tus pezones, las glándulas de Montgomery… Quizá ya hayas empezado a segregar algo de calostro y veas una costra amarillenta pegada a tu pezón, eso está bien (también está bien que no veas nada, todo a su momento, el cuerpo es perfecto). Toca tus pezones, siente lo sensibles que son, experimenta las sensaciones que percibes al palparlo de diferentes maneras. Hazlo sin más objetivo que sentir, no estás preparando tus pezones para amamantar porque no es necesario, ya has nacido con los pezones preparados, sólo estás re-conociendo tu perfecto y maravilloso cuerpo de mujer.
Aprovecharse de la experiencia de otras mujeres
Busca a otras mujeres que amamanten y pégate a ellas! Los mamíferos aprendemos por modelaje (“copiando” cómo lo hacen otros) así que durante el embarazo es el momento perfecto para acercarte a un grupo de lactancia, observar y aprender. Busca en la liga de la leche, en grupos de crianza y de lactancia. Será un aprendizaje fantástico y seguramente harás amistades que te servirán de apoyo durante todo tu postparto y crianza.
Informarme
Sí, ya te has informado de cómo tu pecho produce leche, de cómo el bebé la ordeña, etc. Además tienes cerca otras mujeres que amamantan y ya lo has visto: mamá+pezón+bebé=lactancia feliz. ¿Qué más necesitas? Bien, necesitas saber que a veces los primeros meses para algunos bebés y mamás no son fáciles. Que la lactancia puede ser complicada, que muchas veces es fácil pero algunas hay problemas, y tienes que saber: a) qué puedes hacer para prevenir problemas; y b) qué puedes hacer si tienes problemas. ¿Dónde puedes informarte de todo eso? Ten buenos libros a mano, el contacto de los grupos de apoyo a la lactancia y la liga de la leche que te queden cerca, habla con tu matrona para saber si puedes contar con ella para apoyar tu lactancia, busca un curso o un profesional que te enseñe todo lo que necesitas.
Preparar mi entorno
Tú estás lista, sabes cómo amamantar y qué hacer si tienes alguna complicación. Ahora, prepara tu entorno. Hay muchos condicionantes que harán que vuestra lactancia sea más o menos fácil, así que allánate el camino: asegúrate que no te separarán de tu bebé y podrás amamantarlo desde el primer momento tras el parto, que nadie le dará biberones sin preguntarte antes, asegúrate de tener a mano el contacto de un profesional que pueda ir a apoyarte en caso de que tengáis dificultades, que tu pareja y familia comprenden que para amamantar (y también para criar en general) las primeras semanas necesitarás intimidad y una red de apoyo que te cuide a ti para que tú sólo tengas que ocuparte de cuidar de tu bebé (necesitarás que alguien se ocupe de cocinar, limpiar, te apoye con otros niños y te escuche y te mime).
¿Tienes preguntas, dudas o comentarios? Escríbeme directamente a mi e-mail: cris@entrebarrigas.com
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