
Sea cual sea la razón por la que queremos destetar a nuestro hijo, lo ideal es que sea lo menos traumático para ambos, madre y niño.
Un destete brusco, de la noche a la mañana, suele ser más dramático para todos: niño que llora desesperado porque no entiende por qué de pronto le niegan lo que más quiere, madre con pechos ingurgitados y dolorosos… En fin, todo un drama. Sé que para cada familia la solución idónea es diferente, pero si estás pensando en destetar, parece que lo más lógico es ir poco a poco.
Uno de los primeros pasos que debemos dar es concienciarnos nosotras, como madres, de que va a ser un proceso lento, que probablemente dure varias semanas. Tener claro que es decisión nuestra, y no lo hacemos por el niño, sino por nosotras: hemos tomado la decisión de que ya no queremos/podemos darle más el pecho; pero el peque lo sigue queriendo y necesitando, así que armemonos de paciencia y de valor: lo haremos de la forma más fácil posible para todos, pero probablemente no será “tan” fácil.
Lo primero que se suele aconsejar es: “No ofrecer, no negar”. Es decir, no ofrecerle el pecho (nunca, ni para que se duerma, ni para que se le pase la rabieta), pero de momento tampoco negárselo, si lo pide se lo damos como hasta ahora. Podemos probar unos días, a ver cuántas tomas realmente solicita el niño.
Una vez instaurado este paso, llega el momento en que tenemos que empezar a limitarlo, lo primero hablar con él, tenga la edad que tenga hay que contarle nuestros planes (adaptando nuestro lenguaje, no es lo mismo con 1 año que con 3). Explicarle que mamá ya no quiere/puede darle más el pecho porque …… (aquí nos sinceramos, aunque nos duela en el alma, y aunque nos cueste mucho trabajo verbalizar la razón real por la que ya no le vamos a dar más teta. Pero hay que buscar esa razón y decírsela, nos servirá también a nosotras tenerla clara para los momentos difíciles del destete).
Mientras buscamos esa razón y se la explicamos al peque mil veces, debemos tener un plan que seguir: podemos empezar por limitar la teta en situaciones concretas. Sería más o menos así:
1º no tomar teta en la calle, la teta sólo cuando estemos en casa.
2º Cuando lo 1º ya esté superado (al principio el nene la seguirá reclamando en cualquier lado, montará rabietas y exigirá lo que hasta entonces le dábamos ), nos fijamos en qué tomas hace siempre y le explicamos que sólo tomará teta en esas ocasiones, ejemplo: la teta es sólo para dormir (también la siesta puede ser), durante la noche, y al despertar.
3º paso: ir quitando una toma más, podría ser la de la siesta, o la de despertar, la que más sencillo nos parezca. Siempre acordándonos de explicárselo al peque, una y mil veces.
4º La toma para dormirse suele ser la más complicada de quitar, así que habrá que sustituirla por cuentos, canciones, brazos, mucho amor y paciencia. Si este paso lo podemos dar en un momento en que no tengamos que madrugar ninguno, o si podemos intentar que papá u otra persona lo duerma durante los primeros días, puede ser más sencillo.
5º Durante todo el proceso de destete podemos también ir limitándole el tiempo en el pecho. pues sería decirle, cuando te pida: puedes tomar teta hasta que acabe la canción (o hasta que cuente 10 o 20).
Y colorín colorado… la teta se ha acabado… Acuérdate de hacerte alguna foto, de mirar cómo mama tu pequeñín, de acariciarle, de miraros a los ojos cuando esté tomando, de disfrutar de estas últimas tomas, pues es un período precioso que no volverá, y nos dejará bonitos recuerdos que pronto cambiaremos por más abrazos, besos y palabras tiernas. Dar el pecho es dar amor, así que recuerda que cuando le quitamos el pecho a nuestro niño, tenemos que triplicar nuestras formas de darle amor a lo largo del día.
Hola Luis buenas noches!
Sí te quiero lactancia materna para adultos y bebé, dime leche materna para vaso me gusto.