
Hoy escribe para nosotras Laia Simón, madre de cinco criaturas y creadora del proyecto Nunnutit.
Laia es maestra desde hace más de 10 años, y la maternidad despertó en ella otras vías de conexión con las familias. La necesidad que tenemos de conectar con otras madres hizo ampliar sus horizontes y ver a las personas más allá del ámbito escolar. También es asesora de porteo y se está formando como asesora continuum.
Aquí tienes su artículo, disfrútalo!:
Cada vez más, hay familias que deciden llevar a sus hij@s en un portabebés. La información sobre los beneficios que supone para nuestro bebé estar cerca de mamá o cuestiones prácticas como tener las manos libres, nos hace tomar la decisión de llevarlo encima.
Si tú eres una de estas personas y has decidido portear a tu bebé, es posible que te hayas preguntado en algún momento si llevar a tu hij@ afecta a la salud de tu cuerpo.
La respuesta es sí. Y también voy a decirte que portear supone un impacto sobre la estructura de tu cuerpo y no siempre está recomendado.
Recuerdo que cuando empecé a portear a mi primer hijo la gente me decía que me iba a fastidiar la espalda. De hecho, me lo continúan diciendo ahora que me ven portear a mi hijo pequeño de dos años. Las primeras veces que me hacían un cometario de este tipo, solía ponerme a la defensiva. Por aquel entonces no era habitual ver a una madre portear, y menos con un pañuelo. Muchas veces me sentía cuestionada por hacerlo, así que mis respuestas iban encaminadas a intentar que aquello que yo hacía no pudiera ir acompañado de ningún inconveniente. De este modo, siempre defendía que, el porteo, ni malcriaba a mi hijo, ni me daba calor en verano y, ni mucho menos, me provocaba dolores o problemas de espada.
El caso es que, realmente, desde que empecé a portear, los dolores de espalda que yo normalmente tenía, fueron desapareciendo. Pero el motivo no fue el hecho de portear o no a mi hijo. Al menos, no directamente. Pero eso es otra historia.
Y es que el porteo sí que afecta a nuestro cuerpo. Por eso, es muy importante saber cómo debemos portear correctamente y, sobretodo, saber si nuestro cuerpo está en condiciones para hacerlo y de qué manera podemos minimizar el impacto que tiene llevar a nuestro bebé a cuestas. Y para ello os voy a dar tres razones por las que debes mimar tu cuerpo y cuidarlo mientras porteas.
Razón 1:
Estás llevando un peso extra
Tu bebé pesa, y ese peso irá en aumento. Además, se añade al que ya soporta tu estructura ósea. Es como si te estuvieras engordando lo que engorda tu bebé. Seguramente sabrás que cuando un traumatólogo diagnostica algún problema en articulaciones, por ejemplo, una de las indicaciones que suele dar es bajar de peso, entre otras cosas. Si para que nuestra estructura ósea no se resienta tanto se pide bajar de peso, es obvio que aumentar el peso que soporta tu cuerpo puede ser un problema para tu cuerpo.
¿Siempre? No. De hecho, la persona que portea desde el nacimiento del bebé, va aumentando el peso que soporta de forma progresiva a medida que el bebé crece, por lo que su cuerpo, sus músculos, van adaptándose poco a poco. No es lo mismo aumentar cada mes medio kilo que 10kg de un día para otro. En ese sentido, hay diferencia entre empezar a portear a nuestro bebé desde el nacimiento que empezar a llevarlo a nuestra espalda durante excursiones de dos horas cuando ya tiene 2 años.
El caso es que hay que tener en cuenta cómo está tu cuerpo cuando empiezas a portear. Si hay patologías o problemas que indiquen que soportar ese peso pueda ser un problema, habrá que analizar la situación para saber cómo portear, en qué condiciones… También hay que tener en cuenta cómo es el bebé, pues no es lo mismo un recién nacido que un niño de dos años de 18 kg.
Razón 2:
El porteo es hiperpresivo
Una de las partes que menos cuidamos las mujeres es nuestro suelo pélvico. Después de un embarazo, la faja abdominal que sostiene parte de nuestros órganos internos está muy “dada”. Durante 9 meses se ha ido distendiendo para dar espacio al bebé que crecía dentro.
Recuperar la normalidad de la musculatura de esa zona requiere tiempo, dedicación y cuidados.
El porteo no ayuda, al contrario.
Como ya hemos comentado, el porteo implica añadir peso a nuestro cuerpo, y eso genera una presión extra sobre nuestro suelo pélvico. Pero no sólo eso. Tenemos que añadir que la mayoría de portabebés que se usan, envuelven nuestra cintura, lo que añade más presión a la zona.
Entonces que hacemos, ¿no porteamos?
Se puede portear, pero lo importante es cómo, y para ello hay que tener varios factores en cuenta. Entre otros aspectos, hay que tener en cuenta cómo fue tu parto, cómo se encuentra tu suelo pélvico, si has tenido cesárea, qué actividad vas a hacer durante el día, cómo es tu bebé… Y también es importante saber qué portabebés usar y cómo.
Razón 3:
Tú cuerpo es sabio y te avisa
Cuidar tu cuerpo implica ser consciente de cómo es. Tu colocación y tu consciencia corporal, te van a ayudar a identificar cómo te sientes, cómo te notas, que tensiones percibes y si hay dolor.
Saber escuchar a tu cuerpo es tan o más importante que los beneficios que pueda obtener tu bebé al ser porteado. Los beneficios del contacto pueden obtenerse sin ser porteados, pero fastidiar tu cuerpo puede hacer que te impida estar con tu bebé en brazos menos tiempo del que podrías si te cuidaras.
Cuando nos convertimos en madres, con frecuencia pasamos a ser un segundo plano de nuestras prioridades. Y eso no debería ser así siempre. Es cierto que el bebé requiere atención, pero nosotras también la merecemos. En ese sentido, dedicarnos un poco de tiempo al día para escucharnos, para cuidarnos… nos va a permitir estar en mejores condiciones para atender a nuestro pequeñ@.
Por todo esto que hemos comentado, es importante que, si vas a portear a tu bebé, te informes. Asesórate bien de todas las opciones que tienes para asegurarte de que el porteo que vas a practicar sea respetuoso y ergonómico, no sólo para el bebé, sino también para tu cuerpo.
Deja una respuesta